Buenos días, buenas tardes y buenas noches:

Cuaderno viejo y yo esperamos poder llevarte a dar una vuelta durante el tiempo que dure tu estadía en nuestro espacio del mundo.


Bienvenid@





sábado

Ella es azul

Al final de la escalera al cielo, la dama azul espera. En sus ojos brilla la esperanza, su pelo tiene la historia de un amor que aunque es tarde, llega. Y de sus manos nacen hechos luz los sueños de cada hombre y mujer en el mundo. Mis sueños están también en sus manos, y mi mayor sueño nació de ella.

Cuento de un reino lejano

Si alguien nos está escribiendo, quiero pedir que esta historia tenga un final feliz para ti. Ya basta de que seas la reina a solas de un castillo a veces en peligro. Estás cansada y quiero ayudarte. 

Vine acá y jamás supe a qué, hasta encontrarte o que tu me encontraras. Vine acá para ayudarte a cargar y vine para darte la luz que a veces te puede hacer falta en la noche. Estoy a tu lado y dejo que la tierra me ensucie, porque quiero que veas que no importa.

Si alguien nos está escribiendo, quiero pedir que seas feliz y que tu reino no se termine, que tu princesa se haga tan grande como tu, y que tu pueblo pueda seguir en la historia hasta siempre. Mi espada es tuya, y si ahora está clavada en una roca, y si alguien nos está escribiendo me gustaría pedirle que ponga sobre mi cabeza la corona de plata de mis sueños, a mi espada de vuelta en mis manos y a tu amor por mi nuevamente ardiendo dentro de tu pecho. 

lunes

My Hebrew Wife

Mi esposa hebrea no es como nadie. Cuando mi amor por ella empezó, junto a su corazón y el mío empezó también a latir el amor por nuestra hija.

Mi esposa hebrea es hermosa y no hay manos que quiera tomar si no son las suyas.

Me ve desde lejos y me mira de lado. Viene, se acerca y aunque no nos besamos sabe que desde siempre nos hemos conocido. Le doy las gracias por dejarme conocerla y no me canso de dar gracias porque ella y yo estemos en el mismo camino.

Yo elejí a mi esposa hebrea, como ella me elijió a mi y sobre nosotros todo esto fue elegido por nuestro Dios. Pongo un anillo de estrellas sobre su dedo, vuelvo a besarla como una primera vez, y río feliz de saber que ya todo es parte del pasado y estamos acá sin saber cuantos besos nos hemos dado, incluso antes de ese primer beso.

Amo a mi esposa hebrea, amo a nuestra hija, amo a mi nueva familia y amamos a nuestro Dios.
Tengo que cumplir con mi promesa. Lloro, pero ahora de alegría.