Buenos días, buenas tardes y buenas noches:

Cuaderno viejo y yo esperamos poder llevarte a dar una vuelta durante el tiempo que dure tu estadía en nuestro espacio del mundo.


Bienvenid@





lunes

El perro que muerde y que quiero

Le doy comida al perro viejo

Y cada vez que lo hago me muerde.

A veces pienso darle menos comida

O no darle, pero me acuerdo de que

Lo quise y lo quiero,

Aunque cada día me muerda más fuerte,

Así es cuando sientes cariño.


Hace tiempo no veo al pero

Y a veces lo extraño.

Me da pena pensar en los días

En que podía abrazarlo.


Y es triste pensar en que

El mejor amigo del hombre

Pueda darte la espalda

Con tanta facilidad.

Pero para ser sincero

Llevamos unos meses sin hablar del perro,

Y yo llevo unos años sin verlo.


Ya no es lo mismo,

Yo lo recuerdo humilde y mal de la vista,

Pero a veces pienso que siempre fue así,

Como es ahora.


Y lloro…

Pero si llego a verlo

Me limitaré a regalarle una sonrisa

E intentaré ahora, que su vista está mejor

Decirle en una mirada

“perro, no importa cuanto me muerdas, siempre voy a quererte”

martes

Sube al techo.

Desde este techo no estás sola, te acompañan el sol y las nubes,
Y el cielo anaranjado es tu amigo. Sube al techo, a tomar el sol
que te hará bien y enciende un cigarro aunque el doctor siempre
diga que acabará matándote.

No hay nadie más que salga y suba al techo, nadie más para acabar
con ese momento que solo es tuyo, ríe en el techo, llora en el techo,
porque no hay lugar en el que seas más libre. Siente al cálido aire
oscilar en los interiores de tu vestido y mira atrás para saber que
habían muchos que como tu estaban encerrados. Pero recuerda
que hoy tu eres linda, como siempre lo fuiste, hoy tu sonríes y tu
corazón vuelve a latir, y ya ninguna pastilla te hará sentir mejor.

Sube al techo, como los gatos, mira todo desde arriba y siente
la alegría de saberte tan alta como los árboles, danza en el techo
bailarina, duerme hasta que el sol se ponga, espera a quién sea
que estés esperando.

Pero mientras esperas, mientras caminas en el techo,
no olvides ni pienses al estigma del pasado, no recuerdes
que estás sola, ni veas películas tristes, porque podrían
de alguna forma hacer que olvides que yo todavía te quiero.

Y si lo olvidas tu saltas, y si tu saltas yo salto.

domingo

Aquí viene la pena

A veces, llega un poco la pena
y se sienta conmigo cuando nadie más puede hacerme compañía,
pone su mano bordeando mi espalda y con la otra me acaricia.

Me dice "He visto que ya no lloras, pero sé que un día vas a llorar"
sueño con ella y es lo único que veo, y amanece en mi pecho, y
camina conmigo a la estación del metro.

Pero cuando sale un poco el sol y su luz me pinta una sonrisa le
digo "Gracias por acompañarme, pero la próxima vez que llore
no va a ser por ti"

Y se va la pena, llena de pena.

La amiga del hombre que quería ser un Pez

Mi amiga es mía y yo soy de ella,
fue mi amiga en esa noche y es mi amiga en el día.

Así es ella, no canta bien ni toca la guitarra,
pero a su voz dan ganas de escucharla.

Mi amiga disfruta caminando, y se que le gusta el viento
Ama el helado de chocolate y las cosquillas en los brazos.

Ella teje amigurumi y podría ser una buena pintora,
Y si te pintase te darías cuenta de que aunque seas un amargado,
De alguna forma puedes lograr una sonrisa.

Ella es mi amiga, que le gustan los pesces pero cuando están vivos,
Yo a veces pienso, que quisiera ser un pez para gustarle,
Para que me pinte, para que me enseñe a reir.

Y si a mi amiga le gusto, en sus brazos le haré cosquillas.

La Antipoeta - Parte 2

Llegada la noche rápida y oscura

Quiso seguir destruyendo, avanzaba su negro.


Y entre el fuego de los enormes corazones

Terminó el sueño de libertad cantora, la amiga del pueblo.


Había un ruido creciente, de la rabia contra la decepción

Y la antipoeta quiso nuevamente

Contar la historia de aquel su mundo impotente

Aquel que sufría opresión.


Y salió su cabello radiante a contarle al viento

“prepárate, se acerca el momento”

Y a lo lejos sonaron mis guitarras al cielo,

con los acordes de que se venían otros tiempos.


Volviste dijo el que la amaba y quiso abrazarla.


Fuego eran sus palabras,

Esperanza había en sus ojos de cielo,

Y un amor rojo latía en su corazón.


Caminó la antipoeta,

Caminó y siguió queriendo

Cambiar los tiempos de aquel su mundo agotado.