Y los perros se cansaron de tratar de mostrar que eran buenos, y más fieles que los gatos.
En un parlamento decidieron dar el paso, y empezaron a ser francos con la humanidad.
Se subieron a la micro y usaron los asientos. Usaron palabras simples.
Luego caminaron en dos patas. Ayudaron a los ciegos, salvaron un par de vidas
e incluso aumentaron la compasión de sus miradas. Pero no fue suficiente, los
humanos había caído en un estado de ceguera casi irremediable, así que desde
entonces, estos nobles animales, serían sus lazarillos.
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