En mis momentos fugaces
Viviría una inmensa eternidad.
Mis ausencias se compensarían en escasos segundos,
Y con ellas partirían también derrotadas mis penas, mis temores.
Cuando alguien dijese que el tiempo que queda es poco,
Los días dados serían meses, y los meses años.
Jamás nada acabaría,
Y no estaríamos destinados a un fin.
Porque allá no existiría el tiempo
Allá sería todo casi perfecto.
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